El fuet, ¿pelado o con piel? Ventajas e inconvenientes

fuet a la cerveza negra

Una pregunta que muchos de nosotros nos habremos hecho más de una vez, vez justo antes de cortarlo y para la que todo el mundo siempre parece tener una respuesta pero, ¿cúal es la forma más adecuada de comerlo? No es tarea sencilla, pero intentaremos aclararlo para vosotros y que en la próxima reunión con amigos y familiares en la que salga esta eterna discusión, salgáis airosos de la “batalla”.

El tipo de piel, la clave, el “quid” de la cuestión. En el caso de ser sintética la tripa que recubre la carne, no hay duda, lo más recomendable es quitarla ya que en muchos casos esta no es ni tan siquiera apta para su consumo. Por el contrario, si se trata de tripa natural la utilizada para cubrir el fuet, podría mantenerse, incluso algunas voces la tildan de necesaria ya que indican que le aporta algo especial, un toque diferente que hace único a este embutido.

Hasta aquí la parte más “racional” del asunto. Todo muy sencillo salvo por un matiz, en el mundo de la gastronomía y en cuestión de gustos, las opiniones son muy variadas y cada una con su parte de razón:

Los responsables de Casa Oms por ejemplo, nuestro proveedor del Fuet a la cerveza negra del Montseny que desde aquí aprovechamos para recomendaros, piensan que es mejor quitar la piel para que ningún elemento externo influya sobre el sabor del fuet.

En el polo opuesto, la voz de muchos cocineros indica que para ellos, la piel aporta sabor, textura y aroma al fuet, siempre y cuando claro, el hongo sea bueno.

Hasta aquí las opciones, ahora la decisión es vuestra, lo que sí os recomendamos desde Petra Mora es que antes de decantaros por una opción u otra, conozcais la procedencia de la tripa que “envuelve” vuestro fuet. Si es sintética, eliminadla, en caso de ser natural, disfrutadlo como más os guste sin miedo a equivocaros porque como véis, hasta los más avezados en la materia tienen sus discrepancias.

Así que ya lo sabéis, cortadlo en finas lonchas o gruesas, al biés o en tacos, o si hace falta coméoslo a mordiscos (como más de uno a buen seguro habrá hecho en su infancia cuando nadie le veía y entre los que también nos incluimos,) pero sobre todo, disfrutad de un embutido delicioso como este que, en definitiva, es de lo que se trata.